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  • Foto del escritorDiego Mendiburu

Reseña: Oculus Quest, el mejor visor de VR que quizá no debas comprar

Actualizado: 1 feb 2020



No tengo la menor duda: el Oculus Quest es el mejor visor de realidad virtual que puedes adquirir en este momento. Pero después de tres meses de estar jugando con él, he llegado a una conclusión: la realidad virtual, desgraciadamente, no es todavía para todos.


Empezamos explicando por qué creo que este es el mejor visor de realidad virtual que puedes adquirir en este momento. El primer argumento es que no necesitas una computadora para disfrutar una experiencia de realidad virtual con este visor. Hay otros visores de otros fabricantes, e inclusive del propio Oculus (que ahora pertenece a Facebook) que requieren que los conectes a una computadora. Generalmente, esta PC tiene que ser una muy poderosa, porque hace todo el trabajo de procesamiento de gráficas, y luego envía estas imágenes directo al visor. Eso les permite a esos visores tener experiencias de vanguardia con gráficas similares o mejores inclusive a las que podrías encontrar en un Xbox One X o en una Play Station 4 Pro. Pero este no es el caso con el Oculus Quest: todo se procesa dentro del mismo visor porque tiene un procesador Snapdragon, muy similar al procesador que tiene el teléfono que probablemente tengas ahorita en el bolsillo.


Hay algunos juegos de realidad virtual como Super Hot que requieren que tengas movimientos muy rápidos, e inclusive que te agaches, porque de lo que se trata es esquivar los golpes al estilo del bullet-time de la película Matrix que te lanzan tus enemigos. Imagina que tener que hacerlo con un cable larguísimo conectado en tu cabeza hacia una computadora; es un problema, se vuelve muy incómodo y restrictivo. Además, los otros visores a veces requieren que pongas sensores en el cuarto dónde vas a jugar. Con el Oculus Quest no existe ese problema, porque como las gráficas las procesa internamente, no requieren ningún tipo de conexión, lo que te da total libertad movimiento. El visor tiene 4 cámaras que le permiten detectar hasta seis ejes de movimiento; es decir, reconoce tu movimiento cuando voltas la mirada hacia arriba, abajo, izquierda y derecha, pero también la posición de tu cuerpo si estás saltando, o si estás de pie o si estás agachado. Eso hace que las experiencias de realidad virtual en este visor sean fantásticas y difíciles de comparar con el resto de los dispositivos de VR.

Para mi sorpresa, el Quest es un visor bastante ligero y cómodo. Es muy fácil de ponértelo en la cara y yo lo usado con amigos con familiares y, en términos de confort, no he encontrado ningún problema.



La otra gran ventaja del Quest son sus controles, ya que permiten detectar con mucha precisión la posición de tus manos dentro de un videojuego. Los controles, que vienen empaquetados con el visor, hacen que genuinamente sientas que estás en un mundo completamente distinto al mundo físico. Tus manos “aparecen” en los juegos, y te permiten tener interacciones como agarrar objetos o sentir la vibración de una espada laser de Star Wars, por ejemplo. Eso hace que tu cerebro se desconecte por completo del mundo real y se concentre en el mundo virtual. Para ser más específicos, estos controles detectan si tienes los dedos de tu mano' extendidos, o si los estás oprimiendo como estuvieras agarrando algo. Eso hace que, por ejemplo, la sensación de agarrar una pistola sea muy realista.


Recuerdo que la primera vez que utilicé estos controles fue sorprendente, porque estaba en un videojuego en donde yo era un robot, y el momento en que verdaderamente me dejó sorprendido fue cuando miré mis manos y en lugar de ver carne y huesos vi unas manos metálicas. Esa experiencia me voló los sesos.

El último punto a favor del Quest es que es bastante en términos de su costo: el visor se vende en Estados Unidos desde los 399, y en Amazon puede adquirirse en 8,500 pesos promedio, lo que lo pone a competir con las versiones más avanzadas de la actual generación de consolas.



Obviamente Facebook sabe perfectamente que para que una nueva plataforma basada que primordialmente ofrece videojuegos sea exitosa, se requieren grandes títulos, y a estas alturas, la biblioteca de la plataforma está bastante nutrida. Algunos imprescindibles son: 'Dance Central' que te permite simular que estás en una competencia de baile; Super Hot que, es probablemente el juego clásico de realidad virtual del momento; y exclusivas como Darth Vader Immortal. Si eres un fanático de la Guerra de las Galaxias, esta última experiencia es en sí misma una razón para que consigas uno de estos visores, lo compres, o alguien te lo preste. El juego permite experimentar nuestro sueño de sentir que estas en el castillo de Darth Vader, que tienes un sable láser en la mano, y que esta elegante arma se mueve replicando perfectamente cualquier giro que hagas con tu muñeca para tratar de esquivar un disparo láser de un stormtrooper o inclusive rebotarle el rayo para herirlo. Y ya no digamos las batallas contra otros personajes que también tienen sables, en donde tienes que ser muy preciso y paciente para más intuir cómo van a mover su espada y entonces bloquearles el golpe y devolvérselos. Darth Vader Immortal es es una experiencia maravillosa, con personajes originales muy bien definidos, y aunque este visor no tiene mucho poder, las gráficas son más que aceptables.


Por cierto, ya está disponible el cable Oculus Link, que permite conectar el visor a una computadora para así disfrutar de los videojuegos con gráficas más complejas que necesitan procesarse desde una computadora con una buena tarjeta de video. Así que ahora con el Quest puedes tener las dos experiencias: la de las gráficas internas de aceptable calidad, pero también la de las de gráficas impresionantes generadas por una. Otra cosa muy interesante que presentó recientemente el equipo de Oculus fue una nueva tecnología que permite que, con las mismas cámaras que ya tiene el Ocules pueda detectarse qué están haciendo cada uno de los dedos de tus dos manos; es decir, lo que llaman finger tracking o rastreo del movimiento de tus dedos, sin necesidad de un control extra.

Pero ,¿porque digo que la realidad virtual no es precisamente para todos? No se trata solamente de este visor, sino de que mi experiencia a lo largo de estos tres meses probándolo me ha permitido darme cuenta de que hay un reto muy grande que no es la tecnología, sino es el contexto en el que la utilizamos. Existen varios inconvenientes alrededor del uso de un visor de realidad virtual que nos obligan a realizar esfuerzos que, cotidianamente, vuelven la experiencia poco práctica.



El primer inconveniente es que necesitas mucho espacio para jugar, más de lo que te imaginas. Sé que si tú nunca has usado uno de estos visores puede sonar un poco extraño lo que estoy diciendo, pero tienes que creerme: jugar con el Quest requiere es tener un cuarto grande, amplio, en tu casa o departamento, y de preferencia sin obstáculos como mesas una silla, para poder disfrutar la máximo una experiencia tan inmersiva como las que ofrece este visor.

Hay algunos videojuegos que te permiten caminar por cuartos virtuales como si lo estuvieras haciendo en la vida real; es decir mueves piernas y conforme avanzas en la vida real avanzas en el videojuego y obviamente eso significa que es muy fácil que puedas llegar a chocar con una pared o contra un sillón de tu casa si no tienes el espacio

Suficiente. Sí, es un poco contradictorio: esta tecnología es tan maravillosa que permite sentir que estás genuinamente allí, en un mundo virtual, pero sigues teniendo las restricciones del mundo físico, de tu casa. Yo vivo en un departamento de 70 metros cuadrados, y genuinamente no tengo un espacio en donde pueda disfrutar plenamente de las experiencias de realidad virtual. Lo que he hecho es irme a la oficina, en donde hay un auditorio, y ahí aparto un día de la semana, me pongo mi visor, y me pongo jugar, y por eso ya terminé los tres episodios de Darth Vader Immortal. Pero como ves, esto significa que te tienes que dar un tiempo específico para disfrutar de las experiencias de este visor, y no necesariamente ser espontáneo y jugar una partidita rápida como lo harías con otras consolas.


Ese también es el segundo problema de jugar realidad virtual: es una experiencia muy aislante. De alguna manera Nintendo, con la Switch, nos ofrece una filosofía completamente opuesta a la de la realidad virtual: es una consola portátil que te permite quitarle los controles y echarte una partidita rápida con un amigo donde quiera que te encuentres, ya sea en la sala de tu casa, en tu oficina, o en un café. Con la realidad virtual exactamente al revés: para poder disfrutar una experiencia y genuinamente sentir que estás ahí necesitas que nadie te distraiga, necesitas un espacio muy grande y hasta apagar tu teléfono para evitar que te interrumpa una notificación de Whatsapp. Eso hace que la experiencia se sienta muy solitaria, muy antisocial. La mayoría de los juegos en VR se disfrutan más en la medida en que sepas que nadie va a llegar a interrumpirte, asustarte, o a estorbar tu área de juego justo en el momento en que estás luchando por tu vida al lado de Darth Vader. Todo esto puede sonar particularmente problemático en una época en donde sabemos que la tecnología recibe muchas críticas porque justamente a veces nos puede separar de nuestros seres queridos, o nos puede generar adicciones que nos distraen de nuestro crecimiento profesional, o inclusive de la convivencia de nuestra familia. Esta tecnología es tan poderosa que justamente lo que requiere es que te aísles del mundo para disfrutarla, y no todo el mundo quizás estará dispuesto a hacer ese sacrificio.



Simple y sencillamente la realidad virtual no es tan práctica como otras fuentes de entretenimiento como las consolas de videojuegos o nuestros celulares. Por ello tienes que pensar muy bien si vale la pena comprar uno de estos visores.

Desde luego, si ya tienes un Playstation o un Switch, te sobra un poco de dinero y quieres tener una experiencia nueva que puedas presumirle a tus amigos y familiares, el Oculus Quest es tu mejor opción. Pero ojo: te podría apostar que no necesariamente lo vas a jugar diario.

Y ese es el problema: ¿tú estarías dispuesto a gastarte más de 8 mil pesos en una nueva plataforma tecnológica que vas a usar de vez en cuando, y que ninguno otro de tus amigos tiene? Esto es real: si no tienes un cuarto grande amplio en tu casa para jugar realidad virtual no vale la pena. Si no tienes mucho tiempo libre suficiente como para bloquear una dos o tres horas a la semana para jugar, no vale la pena. Y eso no es culpa de este visor en particular, sino de todas las experiencias de realidad virtual: pueden llegar a ser tan inmersivas, que también se convierte en algo aislante y muy demandante físicamente y en términos de tu espacio.

Por eso sostengo que la realidad virtual podría no ser para todos.

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